Todos hemos tenido alguna idea que hemos pensado que es la bomba para un negocio que nos sacaría de pobres y nos permitiría nadar en la abundancia. Eso lo hemos pensado todos alguna vez y por eso, entre otras cosas, siempre que alguien tiene éxito se ensalza la idea, pero si nos paramos a pensarlo detenidamente la idea es lo menos importante. Sí, sí. Lo menos importante.
Cualquiera de los osados que tenemos una empresa hemos pasado por las diferentes fases del emprendimiento, pero ahora te traemos una explicación pormenorizada de los pasos o fases para que puedas saber en qué punto te encuentras ahora mismo o para que sepas lo que te espera si te lanzas a emprender con algo.
- La Idea. Es el «alma mater» del asunto y lo que todo el mundo destacará si eres capaz de llegar a la fase 10, pero realmente la idea no importa… créeme.
- El Convencimiento. Cada día tenemos decenas de ideas interesantes, pero son pocas aquellas que logran pasar de la imaginación a la razón. Esta fase es aquella en la que una idea se empieza a convertir en proyecto, pese a que todavía es muy pronto.
- La primera Presentación. Cuando estamos convencidos de que la idea razonada es perfecta para nuestro desarrollo laboral o personal debemos compartir la idea. No pienses que por compartirla te la va a quitar cualquiera, porque como has visto en la fase 1 son muchas las ideas que nos llegan cada día y pocas o casi ninguna la que pasa a la fase 2. Compartir la idea puede aportarnos otro punto de vista que nos permita ver los puntos fuertes para potenciarlos más y los puntos débiles para intentar subsanarlos. Habitualmente la idea se comparte con amigos o familiares y las reacciones en esta tercera fase suele ser común: «vaya estupidez de idea».
- Las Dudas. Una vez expuesta la idea a nuestros amigos o familiares se nos plantean muchas dudas acerca del desarrollo de la misma, de la viabilidad, de si seremos capaces o no de llevarla a cabo y muchas otras cuestiones que nos abordan incluso llegando al abandono del emprendimiento incluso antes de empezarlo. En esta fase son muchas las ideas que terminan su vida de emprendimiento.
- Las Soluciones. Es la fase lógica tras la fase de las dudas. Las soluciones son necesarias para que nuestra idea siga el proceso necesario para convertirse en un emprendimiento real. Es el momento en el que nuestro debemos aplicar nuestros conocimientos y habilidades para que las dudas surgidas en la fase 3 desaparezcan y lleguen a convertirse en ventajas competitivas.
- Los «Acompañantes». La idea es tuya y las ganas de llevarla a cabo también, pero cualquier negocio necesita de «socios» o «acompañantes» en los que puede estar la diferencia entre el éxito o el fracaso. En esta fase se deben buscar (y encontrar) aquellos socios (en caso de que sea necesario) y proveedores de servicios/productos adecuados que nos ayuden a potenciar la idea y facilitar el negocio para que llegue a la última fase. En muchas ocasiones los «acompañantes» pueden interferir y hacer fracasar nuestra idea de negocio… elige bien.
- El Inicio. Nuestra idea ya tiene forma y empezamos nuestra actividad real. Todo son dudas y problemas, pero la ilusión y convicción de las primeras fases están más latentes que nunca. Ahora ya somos emprendedores, pero todavía quedan fases en el proceso de emprender.
- El Trabajo. Cuando hemos iniciado nuestra empresa empieza lo duro: el trabajo. A partir de ahora tendremos que hacer de tripas corazón para conseguir llegar a la última fase y de nosotros depende el 50% de conseguirlo.
- La Suerte. Es la penúltima fase y que pocos emprendedores tienen en cuenta, posiblemente porque es ajena a la voluntad del emprendedor y posiblemente porque puede suponer el 50% de las posibilidades de llegar a la última fase. Es algo inherente al proceso emprendedor y, si analizas los principales casos de éxito en los negocios, verás como la suerte (o fortuna) tienen una gran importancia.
- El Éxito. Es la fase en la que el emprendedor puede sentirse satisfecho por haber logrado su objetivo: el éxito. Esta fase no supone nadar en dinero, ya que el éxito siempre es relativo. En ocasiones el éxito es conseguir levantar un Imperio, pero en otras puede suponer simplemente que nuestro negocio nos permita pagar las facturas y llegar a final de mes. Sea cual sea el caso siempre será un éxito y el proceso de emprender estará finalizado.
Una vez terminadas las fases de emprender podríamos hablar de como mejorar nuestro emprendimiento y conseguir rentabilizarlo mejor, que nos aporte mayores beneficios o simplemente que crezca la cuota de mercado y negocio en general. Pero en el momento de la fase 10 el emprendimiento logra el primer objetivo, el éxito que permitirá sentirse orgulloso a aquel loco que tuvo una idea y que luchó por ella.
¿En qué punto te encuentras en tu proceso de emprender? Cuéntanoslo.